Aunque somos el mismo país, la forma de vivir en un pueblo y en una ciudad cambia mucho. No es mejor ni peor: es distinta. Y esa diferencia marca la cultura, los valores y hasta la manera de relacionarnos.
El ritmo de vida Al principio cuando iba al pueblo me quejaba todo el día de la lentitud en hacer las cosas, las pausas, las charlas , la supuesta pérdida de tiempo charlando acostumbrado a estar todo el día con el teléfono,. la agenda, las prisas,…
Las relaciones , allí todo el mundo se conoce, no por su nombre sino por el apodo, saben si sales o entras , con quien vas o vienes,..mientras en las ciudades nadie te conoce, cómo se llama el vecino,..
El sentido de comunidad, allí la vida es más colectiva, se acompàña, se observa,..mientras en las ciudades cada uno va a lo suyo.
La forma de cuidar allí es natural, si alguien falta en la calle, se nota, , si un vecino está enfermo, el pueblo lo sabe y se vuelca., mientras en la ciudad nadie se entera, te puedes morir solo…
La relación con el tiempo, es muy diferente en las ciudades siempre estamos pensando que vamos a hacer mañana, pasado , el mes que viene, mientras en el pueblo el dia a dia, si va a llover , si puedes recoger la cosecha,las aceitunas
La conexión con la tierra, la naturaleza es viva, allí se siente, se respira, mientras en las ciudades he oído algún residente decir que nunca había visto una vaca¡¡
La forma de comunicarse , allí es larga, en la puerta con la silla baja, en la plaza, en los toros, mientras en las ciudades la comunicación es telegráfica, por washap, hasta ya no se pide el teléfono pàra ligar sino el instagram.
La gestión del conflicto en los pueblos: todo se sabe, todo se comenta. Lo bueno se comparte… y lo malo también, mientras en las ciudades es más fácil evitar a quien no quieres ver.
En resumen,en los pueblos se vive más lento, más cerca y más acompañado; en las ciudades se vive más rápido, más libre y más anónimo.


